lunes, 24 de octubre de 2011

El factor cancha

Siempre queda algo de lo que hablar si hay intención de ello. Ayer, la disputa de la final del torneo 250 de Estocolmo entre Monfils y el meritorio Nieminen me dio pie a hablar de algo poco común en lo que no demasiada gente repara pero sobre lo que yo tengo una especial predilección: el público.

Cada torneo es un mundo, no cabe duda, y la diferencia de actitud de los públicos es una de las muestras más fehacientes de ello. A medida que uno va viendo distintos torneos se da cuenta que en cada país el tenis se vive de una completamente manera distinta a los demás.

En el caso de Estocolmo, guardo todos los años mucha expectación con su inicio. Los suecos son un público que, con el aliciente de la velocidad de la superficie, demuestra una gran sobriedad. Pero, para mí, quizá se trate del público más entendido del circuito. No extraña que esto sea así en un país que, si bien en uan profunda crisis en la actualidad, tiene una solera tenística casi incomparable. Guardan un silencio reverencial digno del Wimbledon de antaño pero saben volcarse cuando el juego sube de nivel o también, claro está, cuando juega uno de los suyos, como sucedió con su casi paisano aspirante en la final Jarkko Nieminen. En un torneo indoor como este, además, el público se hace oír más, pero su reducido aforo de unas 5.000 personas sin duda sirve para mantener el nivel a raya.

Por contra, el público que menos me gusta: el asiático. En torneos como Pekín, Tokio y Shanghai no solo se demuestra que el tenis puede generar pingües beneficios allá donde va, sino también que, en realidad, lo único que les interesa, es ver a tenistas locales y a superestrellas. Los tenistas medios no despiertan el menor interés. Son ruidosos, y suelen ir al campo con la familia, lo que no ayuda precisamente a mentener el silencio. Valoran más la espectacularidad que la calidad en sí del juego, aunque tampoco es algo que se les pueda reprochar demasiado. Muy similar es el caso de Doha y Dubai, cuya audiencia, sin embargo, está en gran medida formada por extranjeros residentes en las metrópolis petroleras. Casablanca quizá sea un mejor ejemplo.

Los norteamericanos demuestran una pasión enorme, se vuelcan en algo que, si bien es cierto, ven más como un show que como un deporte. Quién podría negar esto en la semifinal de este año en Flashing Meadows con un Djokovic que parecía salido del circo romano. Quizá más ruidosos aún que los asiáticos, necesitan de gritar continuamente y convertir los aledaños de la pista en un espectáculo adyacente con técnicas como la Kiss Cam. Pero, pese a tanta distracción, saben interpretar muy bien los momentos de tensión del partido.

Los británicos, con su radiante major en césped, soin la mejor muestra de la evolución de la actiud en el tenis. Históricamente, Wimbledon ha sido el torneo del silencio reverencial, de la caballerosidad casi extendida hasta la sosería. La creciente lentitud de la pista y la mayor espectacularidad del juego ha cambiado este hecho, y el silencio ya no es tan ostensible. Digamos que el público inglés se ha españolizado un poco: más cánticos, menos aplausos e incluso alguna que otra obstaculización, pero nada del otro mundo, así como, pese a problemillas como el clásico murmullo antes del segundo saque, el público español es bastante correcto salvo cuando juega Nadal. Los británicos, por su parte, siguen haciendo méritos para continuar siendo considerados como uno de los mejores públicos. Lo demuestran aún más en las World Tour Finals de Londres, acompañados eso sí de un escenario espectacular como el O2 Arena.

Y, para terminar, quiero hablar sobre los franceses. Se les tiene algo de manía en España, pero merecen especial mención porque tienen un major con el que demuestran que les sobra solera. Su mérito no se les puede quitar ni aun con todos los desencuentros del mundo con Nadal. Son quizá el público más comprometido: llenan la pista no solo para apoyar a sus tenistas, con los que por cierto mantienen una posición remarcable, sino para ver buen tenis. Les gusta el tenis técnico: buenos detalles y a su vez un buen ritmo, lo que, si está acompañado por algo de tensión, puede ser épico gracias a la pasión que les caracteriza, aun con el respeto siempre presente. Aún hoy, cuando recuerdo el ambiente que le dieron a la semifinal de este año entre Federer y Djokovic se me pone la piel de gallina. Sin ser Federer francés, lo han adoptado como local por la vistosidad de su juego y por su desempeño en años anteriores. Demuestran, un día tras otro, pese a no llegar el abanderado de su tenis que ellos buscan, que nadie como ellos merece un Grand Slam.

martes, 13 de septiembre de 2011

GS US Open: "Humans are gone"

EMMANUEL DUNAND – GETTY IMAGES

Las semifinales entre Federer y Djokovic fueron, con miedo, errores, decepción y cansancio, un perfecto ejemplo de partido terrenal. La final, que acaba de terminar hace unos minutos, ha sido algo superior, sobrenatural. Tal y como comentaba el locutor americano de Eurosport en medio de la refriega: "Humans are gone". Esto ha sido toda una experiencia ultrasensorial que, personalmente, me ha resultado difícil de creer. No es fácil encontrar palabras para lo que se ha vivido esta madrugada. Ahora mismo me tiemblan los dedos al escribir y no creo que pueda conciliar el sueño. Esta noche se ha hecho historia.

El número 1 y el número 2 del mundo se enfrentaban en un momento soberbio de forma, en la final del último Grand Slam de una temporada inolvidable. Tras un arranque del primer set con buenas sensaciones en el que Nadal parecía dominar con sus cambios de ritmo con el revés cortado y las aceleraciones con el drive, Djokovic arrolló al español en los dos primeros sets. Cierto es que la disputa fue genial y que en ambos sets Nadal comenzó con un break por delante, pero la tremenda confianza del balcánico parecía abocarle irremediablemente a la victoria.

El día en Nueva York llegaba a un precioso ocaso crepuscular, adornado con el característico skyline de fondo, cuando comenzaba el tercer set. Nole comenzó con break arriba, confirmando la tendencia de los sets anteriores. Sin embargo, la recuperación de Nadal llegó y nos dejó a todos boquiabiertos. Jamás he presenciado un set como el tercero de esta final. El ritmo de bola era meteórico, en un grado tal que costaba creerlo. Ambos jugadores golpeaban dejándose el alma en cada golpe y luchaban cada punto más allá de lo humanamente posible.

A partir de entonces, dos leyendas batallaban ante una grada enfervorecida, consciente de la trascendencia de lo que estaba presenciando. El tercer set proporcionaba un envite tras otro, cada uno más espectacular y dramático que el anterior. Cuando todo parecía perdido, con 6-5 y saque de Djokovic para cerrar el partido, Nadal se sacó de la manga quizá el mejor juego de la final para llegar al tie-break y demostrar que es el rey de los momentos igualados.

En el cuarto, se nos cortó la respiración. Tuvimos un ingrediente extra de drama para poner la guinda al pastel: Djokovic tenía molestias. Y, por si hay alguna duda: no, no escenificaba. Recibió un masaje en la espalda tras apuntarse con enorme sufrimiento el primer juego del parcial con su servicio, y posteriormente en cada uno de los descansos. Pero esta final no se merecía un desenlace tan penoso. El serbio sacó fuerzas de flaqueza y, sin hacer gesto alguno de dolor, comenzó tomar riesgos y a golpear aún mas fuerte. Nadal, tras la apoteosis del tercero, se quedó desarbolado. También comenzó a pesarle la presión. Ya no solo luchaba por casta, sino por ganar, pues parecía que el serbio no llegaría en condiciones de disputar un hipotético quinto set. Pero no hizo falta.

Nole cerró el cuarto set por un engañoso 6-1 en el que todos y cada uno de los juegos fueron de thriller. Y eso que, en todo el set, no hizo una solo de sus exageradas celebraciones tras ganar algún que otro punto épico. Llamadme loco, pero creo que la leyenda de Djokovic nace aquí. El serbio ahora sí es un nombre ilustre y no sólo un talento desmesurado con un extraordinario estado de forma. Que Nadal tenga la cabeza bien alta: ha perdido contra alguien más que el jugador de moda –como algún insensato se empeñaba en pintarle–, desplegando además un tenis fulgurante que ha dejado constancia del campeón que es y, por descontado, su orgullo intacto. También Nadal es ahora más grande. El tenis, lo es.

CLIVE BRUNSKILL – GETTY IMAGES

domingo, 11 de septiembre de 2011

GS US Open: El diván del Dr. Freud


CHRIS TROTMAN – GETTY IMAGES

Roger Federer tenía dos pelotas de partido al saque frente a Novak Djokovic con un 5-3 en el quinto set. De todos es sabido que el suizo es un tenista de sangre fría, pero que pese a su dilatada experiencia y a que ya ha conseguido casi todos los logros posibles, se presiona sobremanera en estos momentos decisivos. Fue entonces cuando Djokovic, con el agua al cuello, fue capaz de sentar al maestro en el diván de sus preocupaciones. Dos golpes de thriller –un resto directo aparentemente imposible y una derecha que pintaba definitiva pero se estrelló en la cinta– y la incomprensible psicosis del campeón afloró desde lo más hondo de su subconsciente.

Pudiera parecer que el problema no era tan grave: tan solo dos bolas de partido perdidas. Federer aún tenía el saque para cerrar el partido. Pero de repente, como reza la expresión inglesa, el peso del mundo cayó sobre sus hombros. Dos matchpoints desperdiciados: exactamente igual que le pasó el año pasado, en la misma ronda y con el mismo rival. De nuevo, como con Tsonga en Wimbledon hace un par de meses, la losa de perder un encuentro que dominaba dos sets a cero. Y para colmo, el chacal, cuya piel habían vendido antes de tiempo, con un resto ganador tan afortunado como suicida y la posterior payasada de turno, se acababa de ganar el beneplácito de una grada que momentos antes defendía a muerte al suizo.

El juego de Federer ayer casi no tuvo fisuras: tan completo, variado y estético como acostumbra; incluso el revés –que tantos y con tan poco crédito denostan– funcionó mejor que de costumbre. Sin embargo, el maestro ayer recordó al de tantos otros momentos de pánico sin los cuales habría agrandado su ya de por sí excelsa leyenda. Algunos capítulos memorables son Roma 2006 (dos matchpoints perdidos ante Nadal) y Hamburgo 2008 (Nadal le remonta un 5-2 en el primer set),  Por citar dos ejemplos relativamente remotos. Pero recientemente son muchos más, demasiados, los puntos negros en el recuerdo del suizo: Australia 2009 (pierde el tercero ante Nadal tras varios setpoints y un servicio para cerrarlo), US Open 2009 (del Potro le remonta tras ir break arriba en el cuarto), Indian Wells y Miami 2010 (Baghdatis y Berdych le levantan sendos matchpoints en torneos consecutivos), US Open 2010 (el precedente con Nole) e incluso Roland Garros este año (cuando Nadal le remontó un 5-2 y dos breaks arriba en el primero).

Losa tras losa, la carrera de Federer se va acabando. Cada nuevo lastre, como el que le ha endosado Djokovic, pesa mucho más que todo el supuesto declive físico que muchos se empeñan en atribuirle. Su lucha ya no es con los demás, sino consigo mismo. Si ama este deporte lo suficiente, será capaz de reponerse y prolongar su carrera algunos años más, pues su físico y su juego se lo permiten. Si no desea enfrascarse por más tiempo en la lucha del circuito, puede que deje de buscar un broche de oro para cerrar su casillero de títulos. Ojalá siga demostrando que estos repentinos ataques de pánico no son más que una muestra de que sigue teniendo intacta la ilusión que le llevó una y otra vez a lo más alto de este deporte.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Valor al alza

JULIAN FINNEY – GETTY IMAGES SPORT
 
Hace un par de años, gracias a TDP, tuvimos la oportunidad de seguir la retransmisión de uno de los primeros partidos ATP de un prometedor jugador búlgaro, Grigor Dimitrov, frente al por aquel entonces top-ten Gilles Simon. Tras un partido absolutamente vibrante y muy vistoso que los espectadores del torneo de Marsella tuvieron la fortuna de presenciar, el jugador francés consiguió llevarse la victoria en el tercer set ante el joven búlgaro de tan sólo 18 años, que daba un aviso de su potencial.

Por aquel entonces, Dimitrov no era más que una promesa que había deslumbrado en el circuito junior con su depurada técnica y una actitud admirable. En el año 2008 consiguió ganar Wimbledon y el US Open en categoría junior, y disputó sus primeros partidos en torneos ATP, ganando incluso uno de ellos en el tie-break del tercer set. En 2009, el joven Dimitrov, cuando aún estaba acostumbrado a moverse por torneos Futures y si acaso Challegers, dio muestras de su verdadero potencial con dos semanas de gran tenis en Rotterdam y Marsella, torneos consecutivos disputados en el mes de febrero para los que consiguió sendas invitaciones.

En la primera ronda de Rotterdam, Dimitrov tuvo la osadía de batir a un jugador arraigado en el circuito, Tomas Berdych. Si bien el checo entonces no era un top-ten consolidado como ahora, la victoria fue a todas luces inesperada y le dio alas para disputar su próximo encuentro. En este partido de segunda ronda, tras solo haber ganado dos partidos ATP, se midió a un tal Rafael Nadal, que venía de conseguir su primer Grand Slam en pista dura en el Open de Australia, tras ganar a Verdasco en semis y a Federer en la final en sendos épicos duelos a cinco sets. Pues bien, a Nadal no pudo doblegarlo, pero consiguió arrancarle un set y exhibir un juego brillante capaz de poner en jaque al número uno del mundo. Casi nada. La semana siguiente recibió una invitación para Marsella y jugó el partido que mencionaba ante Simon.

Los que descubrimos entonces a Dimitrov nos quedamos prendados por su brillante juego, muy elegante, cuyo revés a una mano era casi un calco al de Roger Federer. Se esperaban grandes cosas de él, pero, sus mayores logros se limitaban a aquellas dos semanas de febrero de 2009. Su trayectoria en los dos años siguientes había sido un galimatías de irregularidad que hacían presagiarle un futuro incierto: tan solo ganó dos partidos ATP en 20 meses, eso sí, ambos en Queen's, sobre hierba, su superficie predilecta. Llegó a contratar como entrenador –sin resultados aparentes– al ex-técnico de Roger Federer, Peter Lundgren. Pero las comparaciones con el suizo, su ídolo, le quedaban grandes.

Sin embargo, parece que este año 2011 le ha llegado la irrupción definitiva como tenista. Por fin se ha metido entre los 100 primeros, y actualmente ocupa la posición número 57 en el ránking de individuales. Ha conseguido llegar a los cuartos de final en dos torneos ATP: Munich e Eastbourne, uno sobre tierra y otro sobre hierba, lo que da a entender que su juego pregresa y, además, se adapta a todas las superficies. Sus victorias en torneos ATP han dejado de ser eventuales y ya no pueden contarse, como antes, con los dedos de una mano. Habrá que dejarle madurar y crecer como tenista sin perderlo de vista y, por otra parte, se agradecen incoporaciones de tenistas técnicamente tan exquisitos al circuito profesional. Todavía tiene mucho más potencial para exprimir pero ahora, por fin, parece que esta promesa, al contrario que tantas otras, no se va a quedar en el camino.

BEN STANSALL – AFP/GI

domingo, 26 de junio de 2011

GS Wimbledon: "God save The Queue"

La hierba tiene algo especial que nos atrae a los verdaderos amantes del tenis. No es que el juego sea más espectacular ni más bonito, sino más puro. Y esa pureza en el juego, que se ve a la legua con unos jugadores más que otros, combinada con el clasicismo y los aires de nostalgia de los tiempos pasados, cuando el tenis era el deporte predilecto de aquellos estirados lords británicos, es lo que explica el éxito del único torneo en hierba importante del mundo, que de hecho es El Torneo por excelencia de la historia del tenis y parece nunca dejará de serlo.

La magia del tenis habita en Wimbledon. Esa magia que te hace esperar más de 8 horas de cola para ver apenas 3 horas de espectáculo con una entrada de paseo. Esa magia que hace que te empujes con una marabunta de chinos y grites de alegría cada vez que Schiavone gana un punto en su partido de dobles. La misma magia que puede hacer que te encuentres con los padres de María José Martínez en la colina de Wimbledon, te pidan que les hagas una foto, y comiences a hablar con ellos sobre la trayectoria de su hija. Un lujo de magia*.

La Cola. Se merece las mayúsculas.
* Pero a pesar de la magia hacen un frío y un viento del carajo. Y... thanks God que no llovió.

martes, 7 de junio de 2011

ATP 250 Halle: Comienza la hierba

Todos los años, a estas alturas de la temporada, el fin de Roland Garros da lugar a una noticia muy positiva para los amantes del tenis: la llegada de la temporada de hierba. Y lo de temporada es un decir. La semana inmediatamente posterior a Roland Garros, los jugadores que no han quedado exhaustos en el Grand Slam parisino comienzan su preparación para Wimbledon. Este año, han sido varios los exhaustos que se han borrado de los torneos preparatarios. Las ausencias más sonadas han sido las de Federer y Djokovic, en Halle y Queen's respectivamente. Nadal, pese a haber vencido en Roland Garros este domingo, acudirá a su compromiso en el torneo londinense del Queen's Club, donde intentará adaptarse a la superficie de césped para llegar en condiciones de ganar la que sería su tercera corona en Wimbledon y su undécimo major.

El torneo de Halle arrancó su cuadro principal ayer, con la gran ausencia de Federer, cinco veces campeón en el torneo alemán. Federer había firmado un contrato con Gerry Weber, el director del torneo, un contrato según el cual jugaría en Halle hasta su retirada. Por tanto, el comunicado en que se excusaba de su ausencia por unas molestias en la ingle podría ser perfectamente un pretexto por haber incumplido el contrato. Aunque quizá sí sea verdad que la final en París haya repercutido en el estado físico del suizo, que está a poco más de un mes de cumplir 30 años.

Como viene siendo habitual, TVE cubrirá la retransmisión del torneo alemán. Desconozco los motivos por los que el canal público ha optado por cubrir este torneo y no el de Queen's, donde juega Nadal. Posiblemente sea una cuestión del precio de los derechos, ya que Halle es un ATP 250 y Queen's un ATP 500. Lo que tengo claro es que si ellos pudieran, emitirían cualquier torneo que Nadal jugase. Aquello de OPCIÓN 1 y OPCIÓN 2 en la programación de la final da fe de ello.

De todas formas, hay bastantes cosas interesantes con las que cuenta el torneo alemán. Una de ellas: poder disfrutar de los "delicatessen" alemanes jugando en uno de los pocos torneos de hierba. Melzer está ausente, pero hemos podido ver en acción a tenistas de clase como Florian Mayer y Philipp Petzschner, solventando además sus compromisos. Mayer venció a otro jugador alemán, Dustin Brown. Su nombre de origen anglosajón y su aspecto de rastafari dan buena cuenta de sus orígenes jamaicanos, lugar donde además reside.

MARK KOLBE – GETTY IMAGES

También merece la pena recordar que dos grandes figuras del circuito como son Tommy Haas y Lleyton Hewitt vuelven a la competición tras una larga temporada fuera de las pistas a causa de las lesiones. Haas ya reapareció en París, donde cayó ante el turco Marsel Ilhan con un rendimiento insuficiente como para vencer en un torneo en el que ya se impuso en 2009. Hewitt tendrá la casi imposible misión de defender el título que consiguió brillantemente el año pasado venciendo en la final a Roger Federer. Tomas Berdych y Milos Raonic serán favoritos en un torneo en el que también participará el "top ten" francés Gael Monfils. Petzschner, Troicki, Dolgopolov, Mayer, Lu y Kohlschreiber pueden ser también grandes candidatos.

TOBIAS HEYER – AFP/GI

domingo, 5 de junio de 2011

GS Roland Garros: La finalísima

CLIVE BRUNSKILL – GETTY IMAGES SPORT

Ya lo auguraba en mi anterior post. No ha habido sorpresas en la final. Cuando Federer juega contra Nadal, y mucho más en Roland Garros, el resultado siempre es el mismo. Es como si, al verle la cara a su némesis, dejara de ser por un momento el jugador considerado el más grande de la historia del tenis.

Pero bueno, no todo ha sido negativo. No nos engañemos: Nadal ha vencido pero no ha convencido. Hoy ha ganado por el DNI, al igual que durante la mayor parte del torneo. Ese DNI que hace encogerse el brazo de Federer y perder un primer set que dominaba 5-2 contra un Nadal en baja forma e incluso con dificultades físicas, algo que ha condicionado la totalidad del partido. Al menos Federer ha sido capaz de ganar el tercer set, algo que, al menos yo, no esperaba que tuviera motivación para hacer.

Hoy ha sido un partido perfecto para radiografiar los partidos de esta rivalidad clásica que el balear ya domina por 17-8. A lo típico de las bolas altas sobre el revés de Roger, hay un aspecto bastante curioso que pocos perciben: el resto de Federer. Ya sea porque Nadal saca mejor, por la presión o por la motivación, el resto pasa a ser el golpe fundamental del juego de Federer cuando juega contra Nadal. Cuando resta bien, pasa a dominar los peloteos con sus golpes de fondo y multiplica sus posibilidades de conseguir el break. Con el break debajo del brazo, luego es capaz de tener la tranquilidad suficiente como para servir de forma arrolladora. Pero, como es obvio, hoy sólo a restado bien a ráfagas. Esas ráfagas en las que ha sido muy superior a Nadal.

De todas formas, tampoco hay que restar méritos a Nadal. Pensemos fríamente el mérito que tiene ganar un Grand Slam hoy en día jugando de una manera mediocre durante la mayor parte del tiempo. Nadal es un fuera de serie en tierra. No se puede negarlo. Ha conseguido que, por mucho que lo negara el gran Tomás Carbonell en la retransmisión, ganar en Roland Garros sea una rutina, una tradición que incluso TVE tiene en cuenta a la hora de programar su parrilla (qué hipócrita es eso de OPCIÓN 1 y OPCIÓN 2 según llegue Nadal a la final o no).

A quien sí que hay que restarle méritos, otra vez, es al dichoso rotulista de TDP. Hoy se ha vuelto a lucir el anónimo farsante. Este ha sido su lucimiento:

rafa nadal – una vez mas... el mejor

Pues... una vez más, sin mayúsculas. Y creo que también sin tildes. Y una vez más sin objetividad. ¿Es que nadie se da cuenta de "La conspiración Rafa"? Basta ya de fanatismo de pandereta. Esto es tenis, señores y señoras, no fútbol. El deporte de la caballerosidad, de los gentlemen. Ese triunfalismo nacionalista sobra. Hay que ser caballeroso incluso en la victoria. Y que conste que Nadal no tiene la culpa. Su actitud es intachable.

viernes, 3 de junio de 2011

GS Roland Garros: Qué grande eres, Roger

Segundo viernes de competición en Roland Garros. Tocan las semifinales masculinas. Penosamente planificadas, la sesión empieza a las 2 del mediodía. Una hora perfecta para la disputa del primer partido, pero no tanto para el segundo. 

En el primer partido Nadal se imponía con cierta facilidad a Murray en partido bastante trabado y, ante todo, largo. Largo para haberse decidido en sets corridos, desde luego. Fue un partido a rachas en el que el viento que sacudía la Philippe Chatrier sirvió como perfecta metáfora. Nadal, como siempre, fue el más regular y el más decisivo en los momentos determinantes.

En el segundo duelo de la sesión, los dos contrincantes saltaron a pista con las espadas en todo lo alto para regalarnos uno de los mejores partidos del año. El mejor de todos los tiempos conta el mejor del momento. Djokovic se lo jugaba todo: el número 1, su primera final en París y la racha de 42 victorias de McEnroe. Casi nada. Federer salió a la pista sin presión, con la convicción de poderle disputar la victoria al "chacal", verdugo de Nadal en cuatro ocasiones este año. Precisamente en el cuarto duelo de la temporada fue cuando Federer dio fin a la increíble racha de "Nole". El mismo jugador que fue el último en vencerlo ha sido el que ha acabado con su racha. Y se ha hecho justicia hoy en París.

Los revoltosos de la Chatrier hoy lo han sido más que nunca. Y no es para menos. Federer estaba dos sets arriba ante el imbatible Djokovic. Los franceses lo celebraban con esa efusividad de los grandes momentos. Y es que Federer es su protegido. Un jugador al que les encantaría llamar "suyo", y que casi lo es. Todo clase y técnica. Como el empolvado recuerdo de sus "mosqueteros". Pero aún tocó luchar durante dos sets más. Un agónico final del cuarto set en el que "Nole" sirvió con 5-4 a favor para alargar el partido al quinto. Pero al final se impuso "el protegido". Y la central de Roland Garros se vino abajo. Como cuando en 2009 al fin consiguió su primera "Coupe des mosqueteurs" ante Söderling.

El domingo Federer se las tendrá que ver con el rival más difícil de todos. Su bestia negra, en su torneo predilecto –con el permiso de Montecarlo–. No es que Nadal sea favorito. Es aún más que eso. Nunca ha perdido una final en Roland Garros. Y en las cuatro ocasiones en las que se ha visto las caras con su rival del domingo (2005-2008) ni siquiera ha tenido que apurar hasta el quinto set. Y todo esto pese a que Nadal no ha mostrado su mejor versión en esta edición del Grand Slam francés. Pero, pase lo que pase en la final:

¡QUÉ GRANDE ERES, ROGER!

MATTHEW STOCKMAN – GETTY IMAGES SPORT

miércoles, 1 de junio de 2011

GS Roland Garros: Semifinales "fantásticas"

Poco a poco ha ido avanzando este año el cuadro masculino de Roland Garros. Con alguna sorpresa que otra, pero no en lo fundamental. Los cuatro mejores jugadores del mundo –"los 4 fantásticos", como me gusta llamarlos– han llegado a las semifinales, algo que, si mis cálculos no fallan, no sucedía desde Roland Garros en el año 2006, cuando se clasificaran Federer, Nadal, Nalbandián y Ljubicic. Son 5 años exactos, 19 Grand Slams, en los que hasta ahora, al menos uno de los semifinalistas era más o menos sorprendente.

Las sorpresas en las semifinales:
AUSTRALIA: 2007 – Youzhny; 2008 – Tsonga; 2009 – Verdasco; 2010 – Cilic; 2011 – Ferrer.
ROLAND GARROS: 2007 – Djokovic; 2008 – Monfils; 2009 – del Potro, Söderling, González; 2010 – Berdych, Melzer.
WIMBLEDON: 2006 – Baghdatis; 2007 – Gasquet; 2008 – Safin; 2009 – Haas; 2010 – Berdych.
US OPEN: 2006 – Youzhny; 2007 – Ferrer; 2008 – Murray; 2009 – del Potro; 2010 – Youzhny.

"Los 4 fantásticos" han seguido una trayectoria bastante distinta este torneo. Djokovic y Federer han tenido un avance plácido en las rondas previas. Ahora, el mejor jugador del momento y el mejor de siempre chocarán por la parte baja del cuadro para decidir cuál de ellos ocupará la plaza de la final. Por la parte alta, Nadal y Murray han tenido partidos dramáticos, contra Isner y Troicki respectivamente. Reeditarán la semifinal de Montecarlo, en un partido que ojalá tenga el mismo nivel.

Nos espera un viernes pegados al televisor. Eso seguro. Sin sorpresas.

domingo, 22 de mayo de 2011

GS Roland Garros: "Allons enfants de la patrie"

Hoy, domingo, ha comenzado Roland Garros, el Grand Slam de la tierra batida. Al margen del esperado duelo final –y definitivo– entre Rafael Nadal y Novak Djokovic por el número 1, la jornada ha comenzado discretamente, sin unas grandes estrellas que ya conocen a sus rivales. Nadal debutará ante Isner, un auténtico caramelito sobre la tierra batida parisina. Federer, por el lado de Nole, lo hará ante un Feliciano que ya en Madrid le hizo sufrir mucho más de lo esperado. Y Djokovic se enfrentará al holandés Thiemo de Bakker, desaparecido esta temporada.

Mientras, ajenos a los favoritos, hoy han debutado David Ferrer y Jo-Wilfried Tsonga, ambos con victorias abultadas, ante Jarkko Nieminen y Jan Hajek respectivamente. Tampoco les ha ido nada mal al resto de los españoles, y todos han solventado sus compromisos de primera ronda: María José Martínez, Guillermo García López, Rubén Ramírez Hidalgo, Pere Riba y Albert Montañés.

Cabe destacar la victoria de Tsonga, y no precisamente por la calidad del partido. Ha resultado evidente, con el entusiasta público de la Philippe Chatrier, que los franceses no han perdido la ilusión por tener un campeón en su torneo por primera vez desde Yannick Noah en el 83. El apasionado público francés, casi llenando la enorme central, no cesó de animar a su compatriota. Se mantuvo un ambiente festivo tan característico de esa pista como sus interminables olas. 

CLIVE BRUNSKILL – GETTY IMAGES

Y bien, cierto es que sus jugadores lo tienen más que difícil, pese a tener cuatro representantes en el Top 20 (Simon, Tsonga, Gasquet y Monfils). Pero es que ya los Grand Slams no son torneos dados a las sorpesas como antaño lo fueran. El tenis francés está huérfano de un gran campeón. Y, francamente, es una pena que no acabe de llegar. Desde luego, jugadores variados y con calidad no les faltan. Desde el muro desde el fondo de la pista que es Gilles "pollito" Simon, hasta esa maravilla tenística que es el revés a una mano de Richard Gasquet. Y también la espectacular potencia de "Alí" Tsonga. O la estrambótica flexibilidad de Monfils. 

MARK KOLBE – GETTY IMAGES SPORT

Y estos cuatro tenistas solo son los mejor clasificados. La escuela francesa produce a los jugadores más completos del circuito y es un verdadero placer tener una cantera que dé a luz a tenistas de tanta calidad. No hay más que ver al "mosquetero" Llodra, el único sacovoleador al más puro estilo clásico que se mantiene en el circuito.

Seguramente, muy seguramente, de hecho, ningún francés ganará Roland Garros este año. La tremenda presión a la que se los somete con la llegada de Roland Garros desde luego no ayuda a la causa. Pero a ellos que les quiten lo bailao. Tienen motivos de sobra para estar orgullosos de sus jugadores: talentosos, completos, variados, incluso carismáticos.  

Allons enfants de la patrie...

periodismodeportivo.com

martes, 17 de mayo de 2011

Masters 1000 Roma: La criatura perfecta

No sé quién tendrá la culpa de esto. Quizá sus padres, por inculcarle el tenis desde niño y convertirlo en su forma de vida. Ya lo vimos ayer en una entrevista emitida por TVE al propio Djokovic de pequeño: "El tenis para mí es una obligación". Después de todo: hay que agradecérselo a sus padres.

O puede que sea por una figura tan importante en la carrera de Nole como Marian Vajda. Desde que le comenzó a entrenar en mayo de 2006, ha conseguido convertir a un alocado crío rebosante de potencial en el campeón firme y creativo que es hoy en día. Y esto incluso después de prescindir de Vajda durante los inicios de 2009 para hacer un infructuoso experimento con Todd Martin. Pero al final acabó haciéndole volver a la senda correcta, e incluso recuperó su saque. A Marian Vajda también: gracias.

"Djokovic es una apisonadora". Toda la razón para Juan José Mateo. Ayer era probablemente el duelo en el que partía como menos favorito de todos. Y con razón: nada menos que una semifinal de más de tres horas frente a Andy Murray, que acabó después de las 11 de la noche del día anterior. Nadie pensaba que Nole pudiera levantar un 5-4 abajo al resto en el set final. Tampoco nadie pensaba que, con molestias ante Murray, pudiese recuperarse físicamente lo suficiente como para plantarle cara a un Nadal que en Roma ha decepcionado mucho más que en Madrid. Pero lo hizo. Vaya que si lo hizo.

CLIVE BRUNSKILL – GETTY IMAGES SPORT

Más al límite que nunca, el factor que llevó a Djokovic a la victoria no fue otro que su enorme confianza, unido a la brecha que ha conseguido abrir en la mentalidad de Nadal con estas tres últimas victorias. Ya cansa decirlo, pero es que este año no ha perdido todavía. Son 37 las victorias consecutivas, que le han valido para adjudicarse 7 torneos (Australia, Dubai, Indian Wells, Miami, Belgrado, Madrid y Roma). Estos números ya empiezan a dar miedo. Que tiemblen Mac y sus 42 triunfos que viene Roland Garros.

El déficit físico de la semifinal obligó a Djokovic a desplegar todo su poderío para imponerse en el primer set y seguir teniendo opciones. Nadal jugó algo mejor que en Madrid, y estuvo varias veces a punto de decantar la balanza a su favor en forma de break. Al menos, hoy sí, esa derecha sí que carburó. Pero una conjunción entre los aciertos y la confianza del serbio y la inédita debilidad mental de Nadal acabaron decidiendo que el primer parcial sería para "el chacal".

En el segundo set Nole salió desbocado. Rompió el servicio de Nadal y todo indicaba que con el 2-0 a su favor la final en Roma sería una reedición de la de Madrid con un resultado quizá más doloroso. Pero, en este momento, comenzó a notarse el cansancio en una final que empezó con dos horas de retraso por la lluvia. Nadal hacía sufrir a Djokovic desde el fondo de la pista y monopolizaba los puntos largos. Recuperó el break inmediatamente y puso las tablas en el segunda set, cuya tendencia parecía que iba a favorecer claramente al español. Nole se vio forzado a acortar los puntos y a jugarse sus opciones a un solo golpe, arriesgando más de lo recomendable y cometiendo varios errores de bulto. Celebraba por aquel entonces cada punto de forma apoteósica, consciente de que estaba sobre la cuerda floja, gesticulando constantemente y haciendo ver sus molestias físicas.

Pero el campeón acabó imponiendo su jerarquía una vez más, contra todo pronóstico. Tras salvar varias opciones de break en varios juegos de servicio en los que estuvo poco acertado con este golpe, se encontraba 4-4 y 40-0 para Nadal al saque. En este momento, llega un fallo clamoroso de Nadal y al balcánico se le enciende la bombilla. Se da cuenta de que la confianza de Nadal es frágil y comienza a apretar para conseguir el  break cuando parecía imposible. Así lo hizo, y tras un duro y largo juego no exento de largos y brillantes peloteos consiguió ponerse 5-4 arriba con saque para cerrar el partido. No le tembló el pulso y puso el broche de oro a una victoria "contrarreloj" muy ajustada, la cuarta consecutiva contra Nadal, algo sin precedentes.

FILIPPO MONTEFORTE – AFP/GI

Pocos esperaban que la temporada de tierra de este año 2011 fuese a ser tan apasionante. El dominio de Nadal nos tenía a todos o bien emponzoñados o bien engatusados, pero siempre algo aburridos. Djokovic, dado el bajón de Federer, la irregularidad de Murray y las lesiones de Del Potro, es la figura que le hace falta al tenis ahora mismo. Lo demuestran los cánticos ("¡Nole, Nole!") en el Campo Centrale durante la final, pese a ser su oponente el número del mundo. Y su actitud efusiva tan criticada no es cínica en absoluto. Nole quiere ser un gran campeón, se lo cree y necesita creérselo. No confundamos la soberbia con las preferencias personales. Djokovic está haciendo grande este deporte.

Por fin llegamos a Roland Garros con toda la carne en el asador. Porque Nadal sigue siendo el favorito en tierra, a nivel del mar y al mejor de cinco sets. Y porque Djokovic ha demostrado que aspira a todo, diga lo que diga su físico. París será una fiesta.

"Baby Djoker"

Atentos a que ya de niño Djokovic gesticulaba en los puntos igual que lo hace ahora.


No tiene desperdicio el vídeo de la televisión serbia sobre el crack.

sábado, 14 de mayo de 2011

Masters 1000 Roma: El arma del leñador

En esta jornada de cuartos de final del Masters 1000 de Roma, tenemos que fijarnos en los dos dominadores del circuito masculino en estos momentos. Más que en sus partidos, en sus trayectorias en este torneo. Ambos, viniendo de menos a más, solventaron con contundencia sus compromisos. Nadal perdió 4 juegos ante Cilic, Djokovic 3 ante Söderling, con rosco incluido. Fueron dos exhibiciones con poco que comentar más allá de lo deprimente que resulta ver al número 5 del mundo perder de la manera que lo hizo.

Con todo, es imposible que este blog se quede sin temas. Y hoy, precisamente para compensar la amargura de la derrota ante Novak Djokovic, merece la pena centrar el punto mira sobre un crack que a menudo es tomado muy a la ligera: Robin Söderling.

DAVID CALLOW – SI/GI

Por ranking, el sueco es el número 5 del mundo, entre Murray y Ferrer. Su posición más alta la alcanzó a finales del año pasado, cuando arrebató a Murray la cuarta plaza y se interpuso en el dominio de los 4 fantásticos, aunque sólo fuera por unas semanas.

En cuanto a su juego, no voy a descubrir América si digo que tiene una derecha espectacular. Pero es que es algo más que eso. Cuando este enorme jugador, de más de 190 cm. y fuerte como un toro, arma ese swing tan amplio, causa auténtico pavor. Plantado, con la posibilidad de hacer su overswing completo, Söderling es el mejor jugador del mundo. Sus ataques son imparables, por mucho que corra el rival para defenderse.

Cabría explicar que ese movimiento de drive tan particular del sueco no es un mero capricho que la escuela sueca viene utilizando desde los tiempos de su ex-entrenador, Magnus Norman. Su recorrido tan amplio y abierto permite generar una potencia aún mayor. La pelota no viaja completamente plana. Adquiere un efecto de topspin que, aunque no tan acusado como el del drive de Nadal, permite que la pelota pase la red con holgura. Fijáos en que, con su derecha, Söderling nunca tira a la red; sus fallos siempre son largos. La dirección se convierte en una cuestión complicada con esta clase de golpes, pero el sueco lo compensa cerrando el codo cuando finaliza el recorrido del golpe. Con ello consigue controlar la fuerza y que sus golpes no se marchen varios metros tras la línea de fondo.

AL BELLO – GETTY IMAGES SPORT

El overswing de Söderling tiene otras ventajas. La principal quizá sea que, unido a una correcta coordinación y a su gran talla, le permite golpear tiros ganadores con bolas muy altas. Se vio perfectamente en su partido contra Nadal en Roland Garros, en el que el español se defendía constantemente con bolas altas, que no hacían el menor daño al sueco. Todo lo contrario: le permitían armar la derecha y soltar el mazo. Apoyado en el mazo de su primer servicio, cuando Söderling caza bolas altas es imparable.

El resto de su juego tampoco tiene parangón. Su primer servicio es uno de los mejores del circuito, y cuando no entra se nota mucho en su juego. Se tira la pelota tan alta para sacar que tiene un servicio muy complicado de leer. Apenas sube a la red, por lo que su volea es su golpe más débil, junto con todo golpe cerca de la red que implique genialidad técnica o simplemente toque. Su revés es también un gran golpe: muy plano, muy potente y bastante seguro, con el que consigue más de un golpe ganador. Tiene uno de los mejores restos, especialmente de revés, gracias a una gran anticipación de los servicios. Su juego de pies no es brillante, pero sí suficiente para su estilo de juego, que en definitiva es lo que cuenta. De todas formas, se acabo notando que su agilidad con los golpes en carrera es muy limitada. Por último, su mentalidad, si bien suele ser fría y estable, a veces le juega malas pasadas. Excepto, claro está, cuando juega en París, donde siempre parece que acaba de recibir una revelación divina.

El sueco es uno de los mejores jugadores del circuito. Vale: quizá no sea el que dé más espectáculo, pero cada uno juega con lo que tiene. Y Söderling tiene mucho con lo que luchar y ganar. Todos aquellos que critican su carácter glacial y su juego ofensivo es porque no lo comprenden bien. Cualquiera que, como yo, haya visto su derecha en vivo, a pie de pista, compartirá esta opinión. Y si no: apártense cuando suelte el mazo.

AL BELLO – GETTY IMAGES SPORT

lunes, 9 de mayo de 2011

Masters 1000 Madrid: Un pequeño desbarajuste

Este año, el Masters 1000 de Madrid ha bajado un escalón más. No digo, ni mucho menos, que haya sido un mal torneo. Es más, me ha parecido uno de los mejores del año, muy por delante del malogrado Masters 1000 de Montecarlo. Me refiero a que, por segunda vez en tres años, ha cambiado su calendario.

El primer cambio tuvo lugar en el año 2008, la última edición disputada en las instalaciones del Madrid Arena. El torneo se disputaba en octubre, semanas después del US Open, y siempre podía considerarse uno de los mejores torneos del año. En 2003, Ferrero ganó al chileno Massu en la final y se puso número 1. En 2005, Nadal ganó una épica final a 5 sets al croata Iván Ljubicic, remontando dos sets en contra. En 2006, Federer hizo una de sus más espectaculares exhibiciones, demostrando una vez más que era el mejor tenista de la historia. En 2007, Nalbandián ganó a Nadal en semis y a Federer en la final con uno de los juegos más perfectos que se recuerdan. Y en 2008, Murray confirmó su escalada al Top 4 haciendo un torneo espectacular, sacando como nunca antes.
 
Fuente: ymadrid.com

Pese al gran nivel del torneo, se decidió que, en 2009, el torneo pasaría a disputarse en mayo, antes de Roland Garros, y en tierra batida. El torneo de Shangai ocupó el lugar del de Madrid y así se abrió la posibilidad, comercialmente jugosa, de una gira asiática –ya existente– después del US Open (Shangai, Pekín, Tokio, Bangkok...). Por su parte, Madrid sustituyó al torneo de Hamburgo, que fue devaluado a la categoría 500, pese a ser siempre el torneo de tierra batida previo a Roland Garros al que los jugadores llegaban más en forma y, además, ser el único que disponía de una pista central con techo. Una pena la desaparición del torneo de Hamburgo, tanto para el tenis alemán –uno de los más exquisitos–, como para el recuerdo de los grandes duelos entre Federer y Nadal en los años 2007 y 2008. 

Fuente: santiagovillahoz.blogspot

Así con todo, el torneo de Madrid pasó a disputarse en mayo, dos semanas antes de Roland Garros. Y en 2009 y 2010, pese a la mala calidad de la tierra madrileña –todo hay que decirlo–, se demostró que sobre tierra batida, gracias a los 600 metros de altura de la ciudad de Madrid, podía verse un tenis distinto. Así lo demostró Federer, ganando la final a Nadal en el año 2009. Pero, en este momento de tranquilidad relativa, los jugadores comenzaron a quejarse. Argumentaban que la altura de Madrid les perjudicaba en la preparación para Roland Garros. Por este motivo, los torneos de Madrid y Roma –este último de unas características más cercanas a las de París–, intercambiaron sus calendarios.


Fuente: ojodigital.com

El cambio de hizo efectivo este 2011 y, con ello, se muestra la poca firmeza de la ATP. Su credibilidad y la de las federaciones se centra más en los intereses comerciales que en los estrictamente tenísticos. Así lo demuestra el balance: el torneo de Hamburgo fue injustamente devaluado, el torneo en la Casa de Campo fue sustituido por otro gran torneo en tierra, con unas mejores instalaciones, que a su vez ve alterado su calendario por no haberse planificado correctamente. 

El resultado: el torneo de Roma ha adquirido una relevancia que no merece en el circuito masculino, el torneo de Shangai, tras el éxito de la Copa Masters (2002, 2005-2008), pasa a ser un Masters 1000 privilegiado y nace una nueva gira asiática que coge a traspiés a los grandes tenistas y aleja al tenis de donde en realidad pertenece: Europa y América del Norte. Hubiera sido mucho mejor una gira latinoamericana que no una asiática. No para el negocio, por descontado.

domingo, 8 de mayo de 2011

Masters 1000 Madrid: El "chacal", invicto una semana más

Hoy ha terminado la racha o, según se mire, la agonía. Por fin Nadal ha perdido un partido en tierra batida. La última vez que esto sucedió, Nadal se retiraba lesionado en Roland Garros 2009 frente a un inspirado Söderling. Hoy, aparentemente sin molestias físicas, Djokovic ha sido capaz de abrir una pequeña brecha en la abrumadora supremacía del maracorí en tierra (NOTICIA ATP).

Djokovic salió a la pista convencido de que Madrid podía ser el lugar ideal donde atacar a Nadal en tierra. Y así fue. Se montó de una forma magistral sobre la pelota, siempre sobre la línea de fondo, agresivo pero prudente. Anuló casi totalmente el juego de Nadal con uno de los reveses más limpios que se recuerdan, estable con el saque y sólido con la derecha. Cuando hubo de defenderse, lo hizo. Y de qué manera. Su gran flexibilidad le facilita unos golpes tremendamente plásticos, algo que unido a unos magníficos apoyos propicia que el serbio llegue a todas las pelotas en disposición de pegar el tiro.

JULIAN FINNEY – GETTY IMAGES SPORT

Con un panorama tan complicado, Nadal no fue el de las grandes ocasiones, como tampoco lo fue ante Federer en las semis aunque el resultado fue opuesto. Algo que, por otra parte, tampoco se le puede ni se le debe exigir en todas las ocasiones. Lo único que pudo hacer fueron algunas grandes jugadas al límite: passings espectaculares e incluso un willy de globo que superó a Djokovic en la red. 

Pero no se debe hacer sangre de esta derrota ni alarmarse en exceso. Nadal sigue siendo el número 1 y el mejor jugador en tierra en estos momentos. Su derecha no carburó sólo gracias al extraordinario acierto de Nole con su estrategia agresiva. No podemos exigir a este chico que gane absolutamente todo lo que juega. Hoy perdió contra el jugador más en forma del año en unas circunstancias poco propicias para su juego –cada día se demuestra más la importancia de la altura en Madrid–.

Pero no pasa nada. Esta derrota de Nadal es buena para el mundo del tenis, puesto que añade pimienta a la lucha por el número 1 y presenta a Nole como posible aspirante al título en París. Sólo queda reconocer el gran torneo de Nadal, finalista en todas las ediciones disputadas en la Caja Mágica y alabar el extraordinaro momento de forma por el que atraviesa Djokovic que, invicto en este 2011 –vencedor en Australia, Dubai, Indian Wells, Miami, Belgrado y Madrid–, este año sí que aspira al número 1. Todo se decidirá después de Wimbledon. Hasta entonces: alea iacta est.

JULIAN FINNEY – GETTY IMAGES SPORT

jueves, 5 de mayo de 2011

Masters 1000 Madrid: "Die German Delicatessen"


Ir a ver un torneo de tenis es siempre un placer. Pero en Madrid tenemos la suerte de que el interés no se concentra solo en la pista central. Si te gusta el tenis de verdad, tienes la oportunidad de disfrutar del tenis en estado puro en las pistas adyacentes, a escasos metros de los jugadores, en silencio y sin masas. Será el olor de la tierra. O quizá estar rodeado de gente que entiende el tenis como algo más que un deporte y que comenta aspectos interesantes del partido o de la actualidad tenística con cualquiera. Lo que es seguro es que en estas pistas he pasado los mejores momentos este año.

Puedes encontrarte partidos de dobles espectaculares, que cuentan con el atractivo de algunos jugadores de lo alto del ranking de la ATP o de la WTA. Sí: dobles. Esos que parece que ya no existen al margen de la Copa Davis. Ya no se pueden ver de otra manera. Es quizá la mejor manera de, sin pasar por la central, disfrutar de Murray, Granollers, Schiavone, Stosur, Tsonga, Gasquet, Mónaco…

Aparte de los dobles, en las pistas pequeñas también se pueden ver partidos individuales espectaculares, con los habituales del circuito. Ayer, además de a los 3 fantásticos en la central, se pudo ver una auténtica delicia de partido: Bellucci-Mayer. El tenista alemán es todo aquello que se le puede pedir a un jugador. Su variedad de golpes, todos técnicamente maravillosos, le hacen ser un jugador especial. Uno de los más talentosos del circuito, sin lugar a dudas. Sólo así se explica que, gracias a su extrema calidad técnica, se mantenga ante tantos prodigios físicos.

AFP – GETTY IMAGES

Ayer, Florian Mayer ganó el primer set a un jugador de élite como el brasileño Thomaz Bellucci dando una auténtica cátedra de tenis. Sólo las molestias físicas que le llevaron a retirarse del partido permitieron al brasileño, gran tenista pero poco creativo, llegar al tie-break y luego pasar a octavos de final.

Mayer forma parte de un grupo de tenistas excepcionales, en el que también está, por ejemplo, Jurgen Melzer, un tenista de un perfil muy parecido. Ambos son unos maestros de los cambios de ritmo, e incluso tienen golpes muy similares como esas dejadas con el slice de revés a dos manos. ¡Pero si se parecen hasta en la nacionalidad! Son los delicatessen alemanes, Die German Delicatessen.

El resultado del partido de ayer fue lo de menos. Quizá por el hecho de que, al menos durante un set, se pudo ver un tenis distinto al que se suele ver en circuito. Mayer es un jugador diferente, cuyo talento no puede faltar en el tenis, por el bien de los aficionados. Así lo apreciaba el público entendido en la pista 5. Larga vida a los delicatessen.

sábado, 23 de abril de 2011

Las rarezas del circuito WTA

Qué distinto es el tenis femenino del masculino. Tan distinto, que a veces confieso que me cuesta entender qué es lo que pasa en el circuito WTA. No creo que sea un problema mío: a priori, el circuito femenino es igual que el masculino. Y, por supuesto, la mecánica de la puntuación y de los torneos es la misma. Pero es que pasan cosas muy raras que se escapan a mi entendimiento. 

Maria Sharapova era una de las tenistas Top de hace unos años. Pero una lesión de hombro la apartó del circuito durante más de un año. Cuando volvió hace ya más de un año, no volvió a ser la misma. Su saque está desfigurado y sus golpes de fondo ya no son ni tan potentes ni tan precisos como solían ser. Está a años luz de volver a ganar un Grand Slam, aunque siga siendo la tenista que más ingresa por publicidad. Duele decirlo, pero estas cosas suelen pasar. Ojalá las lesiones no existieran, pero hay que aceptarlo: hemos perdido a la mejor Sharapova. Pero aún así, con coraje y determinación se mantiene, a día de hoy, como la número 9 del mundo. Bien por ella.

CLIVE BRUNSKILL – GETTY IMAGES

Contemporánea a Sharapova, Justine Henin dominó el circuito durante los años 2006 y 2007, aunque ya había brillado antes. Tras algunas lesiones se retiró a mediados del año 2008, cansada de la competición. Decidió volver a las pistas en enero de 2010, cuando llegó a la final del Open de Australia (p. S. Williams). Pero otra mala racha con las lesiones volvió a apartarla de las pistas y decidió retirarse definitivamente a finales del año pasado. Una pena para todos los que disfrutábamos viendo esa maravilla de revés a una mano en acción. Ojalá pudiéramos seguir viéndola, aunque fuera como a Sharapova. Pero su instinto ganador, el lastre de las lesiones y su desapego por el circuito WTA no se lo permiten.

COEN SUYK – AFP/GI

Hace dos años, Dinara Safina era la indiscutible número 1 del mundo. Llegó a dos finales consecutivas de Roland Garros, en 2008 y 2009 (perdió ambas). Parecía que podía convertirse en una Top 5 sólida. Pero, ¿qué pasó con ella? Algunos dicen que la presión pudo con ella. Desde luego no tuvo lesiones importantes que la lastraran. Ahora es número 74 del ránking y apenas se la ve por las rondas finales de los torneos importantes.

AL BELLO – GETTY IMAGES

Un caso parecido al de Safina es el de Ana Ivanovic. Fue número 1 del mundo allá por 2008 y llegó a las finales de Roland Garros en 2007 y 2008, de las cuales ganó la del 2008 ante, precisamente, Safina. Pero se acabó diluyendo. ¿Dónde está ahora? Apenas en el puesto 17. Y parece que se ha estancado en esas posiciones. No llega más allá de los cuartos de un Grand Slam desde 2008. Eso sí, las campañas publicitarias las hace mejor que nunca.

AL BELLO – GETTY IMAGES

Los únicos valores seguros del tenis femenino ahora mismo son una renacida Kim Clijsters (Nº 2), que parece que está aquí para quedarse hasta que su físico lo permita, y Serena Williams, que aunque ahora está pasando por una grave lesión siempre acaba demostrando que es la tenista en activo con más Grand Slams en sus vitrinas (27: 13 en individuales, 12 en dobles y 2 en dobles mixtos). Ojalá que la actual número 1, Caroline Wozniacki, no sufra el síndrome de las números 1 frustradas y también pueda pasar a engrosar esta lista. Lo mismo digo sobre Svetlana Kuznetsova, una de las tenistas con más talento del circuito, que ahora ha caído un poco en el ranking (Nº 13)

lunes, 18 de abril de 2011

Abierto de Australia: Épico es decir poco

Todavía estoy enjugándome los ojos. Por casualidad, mientras buscaba en el catálogo de elpais.com un artículo sobre la victoria de Schiavone en Roland Garros el año pasado, encontré un artículo sobre el partido de cuarta ronda entre la tenista italiana y Svetlana Kuznetsova en el Abierto de Australia de este año, que por lo visto fue el más largo de la historia del circuito WTA con 4 horas y 44 minutos. Hasta ahí, todo es relativamente normal.

CLIVE BRUNSKILL – GETTY IMAGES

Mi sorpresa llega cuando, fiándome del criterio del articulista, decido ver unos highlights del partido en Youtube. Encuentro un vídeo de dos partes, de 15 minutos cada una. Lo primero que pienso es: "Vale, esto será un vídeo que ha colgado algún fanático de alguna de las dos tenistas en el que ha metido puntos a lo loco, sin importar que fueran buenos o no". Pero me puse a verlo y estaba equivocado: ni un sólo punto sobraba.

Aquí tenéis los highlights: PARTE 1, PARTE 2

Estamos hablando, probablemente, del mejor partido de la historia de la WTA. Y el tercer set, con sus 180 minutos de duración, es quizá el mejor set de la historia del tenis, tanto masculino como femenino. Ojalá hubiera podido ver el partido en directo. Todo aficionado del tenis debería ver este partido antes de morir. Es de esos partidos mágicos que el sólo hecho de pensar en ellos, en su tensión, en sus golpes magistrales, te ponen la piel de gallina. Que te marcan. Como las finales de Roma 2006 y Wimbledon 2008 entre Federer y Nadal. O las finales de Wimbledon y el US Open de 1981 entre Borg y McEnroe. En menor medida también el Federer-Sampras en Wimbledon 2001, el Agassi-Federer en la Copa Masters 2003, el Federer-Safin en las semis de Australia 2005, el Nadal-Ljubicic en la final de Madrid 2005, el Sharapova-Henin en la final del Masters femenino de 2006, el Arantxa-Steffi en la final de Roland Garros 1989... Y muchos otros que me vienen a la cabeza.

Son tantos los duelos míticos que nos ha regalado la historia del tenis que no puedo más que reafirmar mi amor por este deporte. Que no era poco.

MARWAN NAAMANI – AFP/GI