![]() |
| CLIVE BRUNSKILL – GETTY IMAGES SPORT |
Ya lo auguraba en mi anterior post. No ha habido sorpresas en la final. Cuando Federer juega contra Nadal, y mucho más en Roland Garros, el resultado siempre es el mismo. Es como si, al verle la cara a su némesis, dejara de ser por un momento el jugador considerado el más grande de la historia del tenis.
Pero bueno, no todo ha sido negativo. No nos engañemos: Nadal ha vencido pero no ha convencido. Hoy ha ganado por el DNI, al igual que durante la mayor parte del torneo. Ese DNI que hace encogerse el brazo de Federer y perder un primer set que dominaba 5-2 contra un Nadal en baja forma e incluso con dificultades físicas, algo que ha condicionado la totalidad del partido. Al menos Federer ha sido capaz de ganar el tercer set, algo que, al menos yo, no esperaba que tuviera motivación para hacer.
Hoy ha sido un partido perfecto para radiografiar los partidos de esta rivalidad clásica que el balear ya domina por 17-8. A lo típico de las bolas altas sobre el revés de Roger, hay un aspecto bastante curioso que pocos perciben: el resto de Federer. Ya sea porque Nadal saca mejor, por la presión o por la motivación, el resto pasa a ser el golpe fundamental del juego de Federer cuando juega contra Nadal. Cuando resta bien, pasa a dominar los peloteos con sus golpes de fondo y multiplica sus posibilidades de conseguir el break. Con el break debajo del brazo, luego es capaz de tener la tranquilidad suficiente como para servir de forma arrolladora. Pero, como es obvio, hoy sólo a restado bien a ráfagas. Esas ráfagas en las que ha sido muy superior a Nadal.
De todas formas, tampoco hay que restar méritos a Nadal. Pensemos fríamente el mérito que tiene ganar un Grand Slam hoy en día jugando de una manera mediocre durante la mayor parte del tiempo. Nadal es un fuera de serie en tierra. No se puede negarlo. Ha conseguido que, por mucho que lo negara el gran Tomás Carbonell en la retransmisión, ganar en Roland Garros sea una rutina, una tradición que incluso TVE tiene en cuenta a la hora de programar su parrilla (qué hipócrita es eso de OPCIÓN 1 y OPCIÓN 2 según llegue Nadal a la final o no).
A quien sí que hay que restarle méritos, otra vez, es al dichoso rotulista de TDP. Hoy se ha vuelto a lucir el anónimo farsante. Este ha sido su lucimiento:
A quien sí que hay que restarle méritos, otra vez, es al dichoso rotulista de TDP. Hoy se ha vuelto a lucir el anónimo farsante. Este ha sido su lucimiento:
rafa nadal – una vez mas... el mejor
Pues... una vez más, sin mayúsculas. Y creo que también sin tildes. Y una vez más sin objetividad. ¿Es que nadie se da cuenta de "La conspiración Rafa"? Basta ya de fanatismo de pandereta. Esto es tenis, señores y señoras, no fútbol. El deporte de la caballerosidad, de los gentlemen. Ese triunfalismo nacionalista sobra. Hay que ser caballeroso incluso en la victoria. Y que conste que Nadal no tiene la culpa. Su actitud es intachable.

No hay comentarios:
Publicar un comentario