domingo, 11 de septiembre de 2011

GS US Open: El diván del Dr. Freud


CHRIS TROTMAN – GETTY IMAGES

Roger Federer tenía dos pelotas de partido al saque frente a Novak Djokovic con un 5-3 en el quinto set. De todos es sabido que el suizo es un tenista de sangre fría, pero que pese a su dilatada experiencia y a que ya ha conseguido casi todos los logros posibles, se presiona sobremanera en estos momentos decisivos. Fue entonces cuando Djokovic, con el agua al cuello, fue capaz de sentar al maestro en el diván de sus preocupaciones. Dos golpes de thriller –un resto directo aparentemente imposible y una derecha que pintaba definitiva pero se estrelló en la cinta– y la incomprensible psicosis del campeón afloró desde lo más hondo de su subconsciente.

Pudiera parecer que el problema no era tan grave: tan solo dos bolas de partido perdidas. Federer aún tenía el saque para cerrar el partido. Pero de repente, como reza la expresión inglesa, el peso del mundo cayó sobre sus hombros. Dos matchpoints desperdiciados: exactamente igual que le pasó el año pasado, en la misma ronda y con el mismo rival. De nuevo, como con Tsonga en Wimbledon hace un par de meses, la losa de perder un encuentro que dominaba dos sets a cero. Y para colmo, el chacal, cuya piel habían vendido antes de tiempo, con un resto ganador tan afortunado como suicida y la posterior payasada de turno, se acababa de ganar el beneplácito de una grada que momentos antes defendía a muerte al suizo.

El juego de Federer ayer casi no tuvo fisuras: tan completo, variado y estético como acostumbra; incluso el revés –que tantos y con tan poco crédito denostan– funcionó mejor que de costumbre. Sin embargo, el maestro ayer recordó al de tantos otros momentos de pánico sin los cuales habría agrandado su ya de por sí excelsa leyenda. Algunos capítulos memorables son Roma 2006 (dos matchpoints perdidos ante Nadal) y Hamburgo 2008 (Nadal le remonta un 5-2 en el primer set),  Por citar dos ejemplos relativamente remotos. Pero recientemente son muchos más, demasiados, los puntos negros en el recuerdo del suizo: Australia 2009 (pierde el tercero ante Nadal tras varios setpoints y un servicio para cerrarlo), US Open 2009 (del Potro le remonta tras ir break arriba en el cuarto), Indian Wells y Miami 2010 (Baghdatis y Berdych le levantan sendos matchpoints en torneos consecutivos), US Open 2010 (el precedente con Nole) e incluso Roland Garros este año (cuando Nadal le remontó un 5-2 y dos breaks arriba en el primero).

Losa tras losa, la carrera de Federer se va acabando. Cada nuevo lastre, como el que le ha endosado Djokovic, pesa mucho más que todo el supuesto declive físico que muchos se empeñan en atribuirle. Su lucha ya no es con los demás, sino consigo mismo. Si ama este deporte lo suficiente, será capaz de reponerse y prolongar su carrera algunos años más, pues su físico y su juego se lo permiten. Si no desea enfrascarse por más tiempo en la lucha del circuito, puede que deje de buscar un broche de oro para cerrar su casillero de títulos. Ojalá siga demostrando que estos repentinos ataques de pánico no son más que una muestra de que sigue teniendo intacta la ilusión que le llevó una y otra vez a lo más alto de este deporte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario