martes, 29 de marzo de 2011

Masters 1000 Miami: Sorpresas solo a medias

Los dos primeros Masters 1000 de la temporada han sido torneos propicios para las sorpresas. Muchos favoritos están perdiendo sorpresivamente a las primeras de cambio contra jugadores con los que normalmente no lo harían. El catálogo de derrotas estrepitosas es cuanto menos sorprendente.

En Indian Wells, Tsonga perdió contra Malisse, Almagro contra Montañés, Söderling contra Kohlschreiber, Verdasco contra Querrey. Hasta aquí todo más o menos normal. La sorpresa monumental llegó con la derrota de Andy Murray ante el estadounidense Donald Young, situado en el puesto 128 del ranking ATP. En Miami, más de lo mismo: Cuevas ganó a Roddick (con molestias), Verdasco perdió contra Andújar (atentos a su cara en la foto de su perfil en la ATP) y –batacazo– Murray perdió contra Bogomolov, el número 118 del mundo, procedente de la previa.

La decepción de Murray ha sido tan grande que ha decidido marcarse un cambio de aires y ha roto su relación profesional con Álex Corretja. Esperemos que este cambio no suponga el regreso de este a TVE; no al menos siempre que eso signifique desplazar al gran Tomás Carbonell: menos famoso pero mucho mejor comentarista.

Miami Herald - McClatchy-Tribune
Pero no nos engañemos: la sorpresa tampoco está siendo mayúscula. Salvo por las derrotas de Murray, el monopolio de los mejores en las rondas finales sigue igual. No está teniendo lugar, ni mucho menos, un traspaso de poder entre los actuales dominadores del circuito. Muestra de ello es la trayectoria de Djokovic estos primeros compases de la temporada. No sólo es que lleve 20 victorias consecutivas –récord en los últimos 25 años– sino que además ha sido capaz de encajar un rosco a 4 de su últimos 7 oponentes (Golubev, Gulbis, Troicki y Blake). 


Matthew Stockman - Getty Images
La superioridad exhibida por el serbio está fuera de toda duda. Habrá que tenerlo muy en cuenta a lo largo de este año en la lucha por el número uno. Todo dependerá de su rendimiento en la gira de tierra batida. Si hace una buena temporada de tierra, podría acercarse considerablemente a un Nadal que lo defiende todo hasta llegar a Wimbledon. Por contra, Djokovic no defiende grandes resultados. Y tampoco descartemos a Federer, que tiene amplio margen para mejorar sus registros del año pasado, especialmente en Roland Garròs y Wimbledon.
La batalla por el número 1 está servida.

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